Foto: Carlos Peña
El techo se te cae encima y yo observo desde lejos.
No hay nada que yo pueda hacer.
Te escucho,
lloras,
te limpias la nariz con la blusa.
...
Recuerdos que fueron enterrados un millón de años atrás.
Recuerdos que son ceniza en el tiempo de un mundo en el que ya nada existe,
de algo que nunca hablamos
de todo lo que no dijimos.
Recuerdos de cosas que no queríamos recordar
que llevamos tatuados en la piel
en las plantas de los pies.
Se te hincharon los ojos,
te recostaste durante días sólo a mirar el techo de esa habitación.
Y Sigues sin saber qué fue lo que pasó
aquella noche de gritos
y trailers bajando a toda velocidad.