Y es que todo el mundo mata lo que ama. El cobarde con un beso, el valiente con una espada.

viernes, 30 de abril de 2010

Oh, here comes the HARDCORE life...





UNO piensa que es absurdo sentarse

debajo de un árbol con una Coca-cola light en la mano

a pensar en el tema de su siguiente post...





[El Cristo de mi cabecera me está quemando las ideas…]



martes, 27 de abril de 2010

It’s seems like yesterday… No, it is like everyday…

Salgo de la casa,

detrás de mí se azota la puerta;

enciendo el auto,

la radio comienza a sonar.


Olvidé bajar el volumen,

olvidé volverte a besar.


Voy a 140 km/h sobre una avenida

en la que sólo está permitido ir a 80.

Subo el volumen del estéreo,

bajo todas las ventanillas

y enciendo el aire acondicionado.


[Debí besarte de nuevo…]



Mi voz no es suficientemente grave y fuerte.

Quizá el zumbido de un mosquito

en horas de sueño,

nunca llegue a ser tan molesto…


Como una voz ronca,

tenue,

casi cruda...

... inaudible...


Hay quien escucha, hay quien finge hacerlo.


Como un siseo,

como una estación de radio con interferencia,

como pasar cerca de un panal de mil abejas.


En ocasiones un grito no es suficiente.



Conduzco - no pienso - conduzco…


Llamo por teléfono,

no hay señal en la carretera.

Conduzco…

Pienso…

No conduzco…


Pienso y conduzco…


[No quiero pensar;

no conduzco.

Te quiero besar;

estiro la pierna,

conduzco…



…acelero.]

miércoles, 21 de abril de 2010

Good idea... BAD IDEA!

Estás a mitad de una conferencia y se te ocurre la idea más estúpida.

Un hombre entra en la habitación y sólo trae puestos unos calcetines que ni siquiera son par.

Se sienta en la cama y enciende un cigarrillo, lo deja en el cenicero, mira la televisión y cuando lo vuelve a tomar, no se da cuenta de que está al revés. Se lo lleva a la boca y pega un grito de coraje y dolor.

No es la primera vez que esto pasa.

La chica sale del baño casi desnuda, se sienta junto a él, que todavía está maldiciendo el momento en el que decidió comenzar a fumar, e intenta escupir toda la ceniza que tragó. Ella lo besa.

Pone cara de asco y piensa que es ridículo que él, que lleva tantos años fumando, siga siendo incapaz de diferenciar el filtro, de la cabeza de un cigarrillo.

Ella se hinca delante de él y comienza a hacerle sexo oral.

Él pone cara de frustración y piensa que es ridículo que ella, que llevaba tantos años trabajando como prostituta, sea incapaz de diferenciar entre una buena mamada y una pésima.

En ocasiones la gente suele gastar su dinero en pendejadas.

El hombre que estaba al frente hablando, ha terminado de arrullar a todos los presentes en el auditorio.

Mientras la gente de intendencia y staff intentan poner un poco de orden, para poder continuar con la siguiente mesa de exposición, en la radio suena la peor versión que has escuchado de There is a light that never goes out.

Suena casi tan mal como la idea que se te ocurrió hace unos segundos...

Una vez más…

While the radio is raping the radio listeners, conferencists are doing so with students.

domingo, 18 de abril de 2010

Io sono, tu sei, lui è


En la calle llueve,

alguien le prendió fuego a la sala.


Hoy jugamos a ser John y Yoko;

él pierde la mirada en el televisor,

le beso los labios,

él besa mis pies.


Hacemos el amor hoy,

mañana,

quizá pasado…

Ayer también.

Ella se acerca temblorosa,

me pregunta si la danza es su vocación;

yo, en secreto opino que lo es.


La hago hablarme de ello,

yo sigo sin decir nada;

pasa el tiempo y…

sin darse cuenta…

ella encuentra la respuesta.



¿Qué tanto es demasiado?

Cuando dices poco,

¿Poco es nada,

o es suficiente?

Suficiente…

NUNCA demasiado.


[Todo es poco, cuando poco termina siendo suficiente sin ser demasiado.]



El libreto está completo,

los niños ya no tienen miedo;

el salvador no expió ningún pecado,

el escenario lo resucitó.


Hoy…

Uno NO se tira al suelo

buscando la ceniza todavía encendida,

para volver a encender su cigarrillo.


Hoy, YO enciendo 15 ci-ga-rri-llos,

todos al mismo tiempo.


Hoy me inclino sobre el suelo,

beso la tierra con mis labios terribles

y no grito…



Hoy...

hoy soy leproso.

martes, 13 de abril de 2010

Ravine


Uno se sienta al borde de un barranco a ver el atardecer…

No sabe si es hoy o es mañana…

It makes me wonder...

El viento sopla; su delgada figura es amenazada. Se siente como una hoja de papel.

Entierra las uñas en las piedras hasta que se le rompen y le sangran los dedos.

Le duelen los pies.

Uno piensa en todo lo que ha vivido a lo largo de su vida; frente a él desfilan cada uno de los fantasmas que ahora habitan su presente; saluda cortésmente agitando un poco la mano de vez en cuando.

El cielo está rosa.

Intenta recordar todo aquello que a lo largo de los años se le ha olvidado. Quisiera ponerle rostro a cada una de las personas que marcaron momentos específicos de su vida…

In my thoughts I have seen, rings of smoke trough the trees...

Uno no sabe cuánto tiempo lleva ahí sentado.

No quiere recordar cuándo fue la última vez que tuvo una conversación con un ser humano real.

Saca un cigarrillo arrugado de la cartera y lo enciende.

[Parece que fue hace años.]

Se queda mirando al vacío.

...

Uno...

... ya no lee documentos que no le interesan el sábado por la mañana mientras un grupo de siete personas lo observa masturbarse.

... no ha vuelto a ver una película en su viejo reproductor de DVD desde que en un viaje al edén una mujer se volvió loca e intentó matar a su terapeuta y marido en una serie interminable de ocasiones.

... ya no recuerda cuándo fue la última vez que se sintió violado por la radio.

... dejó de sentarse a la mitad de la carretera, todas las mañanas, esperando ser arrollado por un tráiler, y no ha vuelto a utilizar la trágica muerte de su perro como pretexto para no ir a trabajar los domingos en la mañana.

{En realidad, sólo tomó la sabia decisión de desconectar el teléfono.}

Las niñas vestidas de domingo, ya no regalan huevos de pascua sin droga en la calle.

...

Uno ahora está sentado al borde de un barranco y el cigarrillo le quema las yemas de los dedos.

El cielo está negro...

Camina a casa.

Su perro lo espera ansioso en la puerta.

Se sienta en el sofá y no enciende el televisor.

There's a sing on the wall...

Cuando uno se queda dormido, sabe que ya no es hoy...

...ni mañana.

martes, 6 de abril de 2010

C9H13N Cock – tail



Ella entra con decisión al bar...

Escote, mini-falda... unas lindas piernas largas que terminan en unos bellos tacones, quizá demasiado altos.

Va directo a la barra y pide dos Cosmopólitan de entrada.

El barman la scannea con la mirada, prepara las bebidas y acerca ambas copas a los pechos de la chica que se ha recargado en la barra.

Se empuja uno de los cócteles completo. Una gota se le ha escapado de la boca y corre sigilosa por su mejilla, su cuello...

Su cabello comienza a cubrirle el pecho, ella lo recoge, y lo amarra con una liga.

El barman se enjuga los labios; ella lo nota, sabe que tiene una erección.

Del mismo modo, coge la otra copa y hace lo propio.

Dos más, ésta vez con más vodka y menos gin...

El chico se la queda mirando; por un momento lo duda, pero le hace caso a sus hermosos pechos... están sedientos.

Ella mete la mano en su escote y saca un pastillero, pone una anfeta en su lengua y le arrebata el coctel de la mano al barman.

Ahí va un cóctel…

¿Otra pastilla?… ahí va el otro…

La música comienza a sonar más fuerte, las luces brillan más.

Los lindos huesos de los hombros a ella se le marcan tan perfectamente, que lo hace ponerse más duro que antes.

Ella baila, mueve la cadera, las piernas, los pechos, las nalgas...

La casa invita.

Otra ronda de cosmos, otra más de anfetas.

Casi no queda gente en el bar…

La música va en aumento.

Vodka derechito, que por que el arándano ya sabe a uva y el gin a metal; además así pega más rápido y entre más rápido pegue, más rápido se van…

Él le mete la mano bajo la falda.

Ya no va por su novia que se pone rejega por la hora…

Ella ya no quiere bailar…

{No seas malita, baila aquí arriba; si, así pegadita…

¿Otra pastillita?… Buena chica…}

lunes, 5 de abril de 2010

Happy easter...



Hay una niña vestida de domingo sosteniendo una canasta minuciosamente decorada, parada a mitad de una avenida poco transitada.

Uno la observa desde la esquina en donde se detuvo a encender su cigarrillo.

Camina hacia ella.

La niña saca un huevo de pascua de chocolate de la pequeña canasta y se lo ofrece.

Uno la mira desconcertado y toma el huevo.

La niña sonríe.

Uno quita el papel metálico de colores que lo envuelve y se queda mirando el chocolate. Lo huele…

La niña lo mira con sus grandes ojos verdes.

- Cómelo – dice con una dulce voz.

Uno duda un par de segundos. Sigue oliendo el chocolate y mira a la niña a los ojos.

- Cómelo – insiste la pequeña.

Sonríe y se balancea un poco. Juega con su cabello y con la pequeña canasta que sujeta con la mano derecha.

- Anda, cómelo…

Uno por fin va a morder el delicioso chocolate que tiene entre las manos.

Se detiene.

- ¿Tiene droga?

La niña deja de jugar con la canasta, da un paso hacia atrás y abre más sus enormes ojos.

- ¿Qué es eso?

Lo mira frunciendo el ceño.

- ¿Quién te lo dio? – pregunta uno enseñándole el chocolate.

La niña señala la esquina desde la que uno vio a la niña por primera vez. Hay una mujer mayor encendiendo un cigarrillo.

- Mi abuela y yo los hicimos. Son para regalar.

Uno mira el chocolate por última vez y voltea de nuevo a ver a la mujer que ahora lo mira sonriendo. Se arrodilla ante la niña y coloca el huevo de chocolate ahora sin envoltura dentro de la canasta.

Se pone de pie.

La niña ha clavado la vista en el chocolate dentro de la canasta.

- Tu abuela debería enseñarte que la gente no debe aceptar dulces de extraños en la calle.

A la niña se le llenan los ojos de lágrimas.

- Pero es un huevo de pascua. Mi abuela dice que los huevos de pascua…

- No importa. – uno la interrumpe alzando la mano. - Pascua o no, nunca se aceptan dulces de extraños en la calle. Podrían traer droga…

[… o no…]

sábado, 3 de abril de 2010

Radio’s raping the radio listeners…



Uno se recuesta en la cama y enciende la pequeña radio que está en la mesita de noche…

Justo en el momento preciso en el que comienza a quedarse dormido, a través de las bocinas, los insoportables alaridos de una chica de aproximadamente 17 años comienzan a querer escapar.

Uno abre los ojos de golpe e inmediatamente piensa en arrojar el pequeño aparato contra la pared. Se detiene…

Los alaridos le hacen pensar en orgasmos…

Piensa que si la chica que grita como desesperada en una horrible canción en la radio, estuviese teniendo un orgasmo, probablemente los vecinos se quejarían mucho por tanto griterío.

Comienza a contar…

En un periodo de tiempo no mayor a los dos minutos, una niña de 17 años ya ha tenido cerca de 10 orgasmos.

[She is fucking killing me…]

Uno no quiere destruir su pequeña radio, pero los alaridos de la mocosa comienzan a serle verdaderamente molestos.

El perro se ha metido ya debajo de la cama y comienza a chillar… La habitación se ha convertido en un auténtico concierto…

Cuando uno tiene un orgasmo, no hay necesidad de sufrir tanto.

La canción llega a la cúspide, con ella, la chica suelta un último grito más, y…

{You appear just like a dream to me…}

Todo en calma…

Después de unos segundos, el perro sale de su escondite, y agradeciéndole, le lame los pies… Uno pone cara de asco, pero está demasiado aturdido como para prestarle demasiada atención esta vez.

Ahora se siente un poco violado…

Le presta atención al locutor imbécil al que se le ocurrió interrumpir su sueño con una canción tan mala como esa…

Cierra los ojos tratando de concentrarse y piensa que cualquier persona que se llame Miley Cyrus inevitablemente debe tener serios problemas en la cama… y de vocalización también…

Uno decide nunca más volver a sintonizar esa estación antes de dormir…

jueves, 1 de abril de 2010

Sólo pasa en el cine


Uno enciende la televisión y pone una película en el reproductor de DVD.

Observa cómo un alcohólico arrastra a su ex – secretaria, ahora - esposa, que es abstemia, a la perdición…

Se queda dormido…

Ve cómo Teena Brandon gradualmente se transforma en un hombre… ¿o en una mujer? [Irónicamente, sólo llora una vez en un lapso de 114 minutos.]

Después de unas horas, a Audrey Hepburn la han llevado a desayunar a Tiffany’s y acto seguido un pianista, cuyo nombre nadie nunca recuerda, decide no abandonar el barco en donde nació.



A uno el perro le muerde los pies; le da una patada en el hocico, y mientras el animal se queja en un rincón, uno sigue dormitando en el sillón.

Un grupo de personas bailan sobre la mesa de un bar repitiendo “La Vie Boheme” una y otra vez hasta que uno comienza a sentirse aturdido…

Se mueren de hambre, frío y SIDA: ¿Por qué la gente iba a hacer ese tipo de cosas en los bares de Nueva York?

[Los ojos de Jared Leto extrañamente se ven mejor cuando se inyecta heroína, que cuando aparece en las revistas para niñas de quince años.]

Uno se remueve incómodo en el asiento.

En el primer minuto de una película que nadie entendió, el propio Luis Buñuel secciona el ojo de una mujer con una navaja.

Uno abre los ojos lo más que puede, y piensa que Angelina Jolie se ve más sexy cuando viste una camisa de fuerza y trae el cabello enmarañado, que en la noche de los premios Oscar.



Después de que una pareja de enamorados ha terminado de contar su trágica historia en el círculo polar ártico; los negativos de las películas dejan de ser pintados a mano, y el cine italiano del final de la década de los 40, comienza a elevar sus dosis de prozac significativamente; uno, agotado apaga la televisión.

[Hacer cine debe ser más fácil que verlo…]