Y es que todo el mundo mata lo que ama. El cobarde con un beso, el valiente con una espada.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Nadie conoce el olor de su propia muerte



Otra vez hay sangre en el colchón.

Fuiste la última persona que la vio con vida. Tú y los focos de luz blanca en el techo que tanto laceraron sus retinas.

Se te empañaron los lentes por las lágrimas y no pudiste leer el diagnóstico que la llevó a la tumba.

Todos dejamos de respirar durante un minuto y perdiste la razón. La recostaron sobre una cama de acero, la taparon con una sábana blanca, no sin antes exhibir su cuerpo ante mil estudiantes de medicina.

“La muerte en casa es llorar antes del desayuno.”

Una desconocida con la muerte tatuada en el rostro se acerca, me toma la mano, me extiende un pañuelo, y mientras yo suplico que no siga, me dice que todo va a estar bien.

Le escupo a la cara.

[Haz que pare.]

Odio el sabor de mi sangre.

Hay barniz de uñas derramado sobre la alfombra de la habitación. Los focos de luz blanca me irritan los ojos.

Me metieron a dios a punta de chingadazos, y ahora dios no pasa ni con un trago de vodka.

Me recuestan sobre una cama de acero, me tapan con una sábana blanca, no sin ates exhibir mi cuerpo ante, por lo menos, una estudiante de medicina.

Mi piel se quema y parte de mi se vuelve ceniza… Una cicatriz blanca que arde y llora a cada paso.

...

La antesala del infierno huele a cadáveres quemados.

domingo, 7 de noviembre de 2010

No body knows the way it's gonna be


¿Recuerdas ese día en el que decidiste derribar las paredes para dejar que el agua corriera mejor?



El techo se derrumbó y pudiste ver las estrellas.