Y es que todo el mundo mata lo que ama. El cobarde con un beso, el valiente con una espada.

viernes, 18 de abril de 2014

Historias de princesas...

Mujeres que están hechas para comprender a los hombres... mujeres que son esposas, esposas que son princesas, princesas que van de blanco al altar. Princesas que son putas, putas que están hechas para comprender a los hombres... 

Putas, princesas, esposas, mujeres…

Putas que están hechas para satisfacer las necesidades propias. Mujeres que no van de blanco al altar, que no van de blanco a ningún lado, que no van al altar.

Mujeres, putas, que se acuestan con hombres sólo por diversión, que buscan su propia satisfacción… mujeres que utilizan a los hombres para amarlos un día o por siempre, para cogérselos, para malgastar su dinero, para pasar un buen rato.

Mujeres desperdiciadas en la cocina, en la sala, en el comedor de una casa muy grande. 

Putas desperdiciadas en los grandes corporativos, mujeres poderosas, mujeres que casi son hombres. 

Corazones desperdiciados en cuartos de hoteles baratos, en habitaciones de desconocidos; sueños que se hunden en las sábanas de una cama ocupada por las memorias de mil mujeres, de mil putas más.

De las pinches putas, de las putas que siguen siendo mujeres que son amas de casa, que son esposas, empresarias, amigas, princesas... con un príncipe o un rey a su lado, con un plebeyo o una verga más. 

Princesas que despiertan al día siguiente con el sabor de 10 mil cigarros en la boca, en habitaciones que no conocen, con él todavía dormido a su lado; princesas que se escabullen hasta la salida en silencio y sin decir adiós.