Y es que todo el mundo mata lo que ama. El cobarde con un beso, el valiente con una espada.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Well... She could've been a killer



Ayer soñé que nos convertíamos en monstruos.

Nos olvidábamos entre calles de ciudades, en países que ninguno conocía. Nadie recordaba su nombre.

Olvidábamos cómo hablar y no podíamos ni comunicarnos con señas. Emitíamos ruidos, que eran gritos y de vez en cuando nos arañábamos unos a otros con las uñas, o lo que quedaba de ellas.

Éramos como leones peleando por un trozo de carne vieja.

Recuerdo que nos vimos como extraños con signos de interrogación en lugar de rostro.

Me olvidabas.

Leía los mensajes que solías mandarme sin decirte nada, para que no te sintieras ni un poco importante.

Los leía y a la vez pensaba en lo ridículo que era que hablaras con las letras del teclado de la computadora. Con la pantalla brillosa que te quema las retinas a mitad de la noche.

Y es que éramos monstruos que sólo gritaban y no comprendían razones.

Hasta que aquél la agarró, la inclinó delante de él y la penetró con fuerza.

Es ridículo que me sigas hablando faltas de ortografía a través de la pantalla. Te leo, te escucho, no te entiendo.

Se que no me puedes oír, por eso respiro lento.

La hizo sangrar.

Recordaste quiénes éramos, nuestro lenguaje, mi rostro.

Reconociste que la carne ya estaba pasada…

…te quemé las retinas con un cerillo y me comí la carne de un solo bocado.

martes, 14 de septiembre de 2010

Noches en las que sería más cómodo morirse un rato


Noches en las que te das la media vuelta y te vas.

… en las que no finges oírme,

en las que te da igual.


Noches en las que el valium no tiene efecto sobre la piel.

… en las que cuatro paredes se convierten en mil,

en las que los cigarrillos saben a humedad.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Miedo, es lo que debe tener el cielo

Corre al otro lado de la habitación mientras el teléfono suena.

Se encierra en el baño y comienza a tararear canciones que no recordaba para opacar el timbre del estúpido teléfono. Piensa que todo, desde ese horrible sonido hasta la puerta del baño, está en su mente.

Recuerda que de niña le gustaba encerrarse en el armario de su madre, junto a los zapatos, a jugar a ser invisible.

Quiere serlo ahora.

Recuerda que en su vida nunca estuvo asustada, más que en un par de ocasiones que precisamente ahora, prefiere no recordar.

Sabe que ha visto maquillaje donde no debía haberlo, y que ha olido aromas que mucho tiempo antes había tratado de opacar con lágrimas. Sabe que algo está o estuvo mal, y quisiera poder olvidarlo.

Quiere que el teléfono siga sonando por años y que no le moleste su sonido.

Quiere quedarse encerrada en el baño hasta que todo haya pasado.

[Hasta que deje de sonar.]

Ya no quiere tener miedo.

Recuerda que una noche lluviosa alguien, abrazándola, le dijo al oído:

"miedo, es cuando dejas de sentir tu corazón, porque no sabes si dejó de latir... o porque late demasiado rápido..."

Se pregunta si lo mismo podría decirse de estar enamorado.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Mensajería desde un dispositivo inteligente BB

Me subo al elevador, la puerta no cierra y para mis adentros maldigo las manecillas del reloj y mis ganas de orinar. Oprimo mil veces el botón para cerrar la puerta y el hombre junto a mi me mira y sonriendo dice:

"Somos hijos del tiempo y nos consume la inmediatez".