Y una vez más, ME CAGO EN LA LECHE, porque no puedo encender el auto y correrlo a 140km/h por el periférico, las carreteras o una calle cualquiera.
…
Cuando respiro el aire desde tu automóvil, sólo pienso en lo cómodo que es respirar el aire poco ventilado de mis cuatro paredes a las tres de la mañana, cuando todo el mundo está dormido y yo sólo me recuesto, enciendo un cigarrillo y miro las luces de la calle reflejarse en el techo.
Y es que he pasado varias horas perdida en una ciudad que no es la mía.
Las luces de las farolas son más tenues y los camiones pasan a centímetros de ti iluminando tus ojos aterrorizados.
…
Me he convertido en una desconocida...
El perro me orinó los pies el otro día, pisé su mierda al llegar a casa, maldiciendo cerré la puerta detrás de mí y me puse algodón en los oídos para no escuchar los alaridos de los gatos en celo que se aparean por las noches de invierno.
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Otra vez son las tres de la mañana… el trayecto de una ciudad a otra es tedioso y nadie se ha atrevido aún a construir una carretera.
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Que empiezen las apuestas...