Y otra vez me siento en un rinconcito.
Somos los únicos en la sala.
Hablas y no me hablas,
me echas una o dos miradas…
¡No dices nada!
Y tú sabes que quiero,
que quieres y que queremos.
Dices quiero y yo digo no quiero.
Me hago bien pendeja…
… y nadie se da cuenta.
Te das cuenta
porque me miras y no te miro;
nos miramos mientras
palabras como tuverga y micoño flotan en el aire…
jugamos a no mirarnos.
Y tú sigues hablando.
me hablas palabras,
me hablas versos,
me hablas caricias,
me hablas cuentos…
Yo…
me hago bien pendeja…
…y nadie se da cuenta…
No digas nada…