Antes de salir, sonríe tiernamente a su pequeña hija y le da un beso a su esposa… en la frente.
Camina hasta la esquina donde pasa el autobús y decide seguir caminando. Mira sus pies mientras camina, procurando no chocar con los pies de los demás.
Tiene mucho tiempo.
Al llegar al trabajo, enciende el ordenador; se da cuenta de que tiene tres nuevos correos en su bandeja de entrada. Antes de abrirlos cierra la puerta del despacho con llave. Se sienta, le da un sorbo a su horrible café de hace tres días y comienza a revisar.
Cuentas, cuentas… [¿Te pasas por casa esta noche?]
Se pone un poco nervioso, saca su celular, marca el número lo más rápido que puede…
Sí…
Cuelga.
…
A veces me siento como ese comercial de detergente para ropa que tanto odiaba de niña...
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Que empiezen las apuestas...