Y es que todo el mundo mata lo que ama. El cobarde con un beso, el valiente con una espada.

sábado, 23 de octubre de 2010

En ocasiones le gusta imaginar situaciones que sabe que nunca se presentarán


El gigante derriba las paredes del castillo hasta llegar a la torre de la princesa. Él extiende su enorme mano para ayudarla a levantarse; ella nota que él no es un ogro y que tampoco le ha llevado flores.

Se recuesta de nuevo y decide dormir otros 200 años.

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Que empiezen las apuestas...