En medio de toda una masa de gente, con The Cure luchando por salir de las bocinas, mientras unos cuantos se dedicaban a bailar, otros tantos a tomar y unos más a cantar en el baño mientras alguno de sus amigos se dedicaba a vomitar, alguien dijo lo inevitable:
{Ya es 14 de febrero.}
[¿Qué mierda…?]
Con esfuerzos saqué mi celular de mi bolsa, y efectivamente, ahí estaba… Eran justo las 0:00 hrs y la fecha que acababa de cambiar me miraba…
Siempre me he preguntado cuál es el punto de salir a la calle en un día en el que la gente camina y va dejando un gran rastro de miel a su paso. Las banquetas están pegajosas y mis tacones se pegan al piso junto con todas las envolturas de chocolate que han sido arrojadas; por si fuera poco, me es imposible caminar entre las multitudes sin que mi cabello se electrice a causa de la gran cantidad de globos que hay flotando en el aire…
Sin embargo, sólo hace falta un mensaje en el celular, para sacarme una sonrisa y hacerme olvidar lo molesta que es la miel pegada a mis zapatos…
Palabras van y vienen, a esas se las lleva el viento; las acciones, cada detalle, cada “bomba” que cae entre nosotros sin que nos demos cuenta, es justo lo que crea en la gente una extraña adicción a las apuestas…
Precious and fragile things need special handling…
Son nueve o diez horas de camino y ha pasado ya un mes con 16 días…
{¿Quién da más, quién da menos?}
¿En qué momento dejamos de apostar y comenzamos a subastar?
Things get damaged, things get broken… I thought we’d manage but words left unspoken…
Supongo que nueve o diez horas de camino y un mes exactamente sumado a 16 días, no han sido suficiente para borrar lo que se ha venido tatuando sobre la piel del tiempo.
{¿Estás asustada?}
¿Cuál es el precio mínimo con el que se debe abrir una subasta?
[...y es que... Yo no sé subastar…]
{¿Ya estás asustada?}
I pray you learn to trust, have faith in both of us…
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Que empiezen las apuestas...