"Por que los muertos además de estar quietos, están solos..." O al menos eso señala Arturo Pérez - Reverte en su libro Territorio Comanche...
Pero la pregunta es: ¿Quién está realmente solo además de los muertos?¿Aquellos que amamos a perpetuidad según Sabines?
Pero, a pesar de parecernos en ese sentido a los muertos y que la mayoría de la gente en nuestra sociedad se sienta más bien muerta que viva, nosotros tenemos una gran ventaja, o más bien, una pequeña diferencia llamada esperanza... Si,
esperanza es lo que llevamos dentro, puesto que a pesar de ser nosotros lo amorosos, los que siempre hemos de buscar y no encontrar, los que siempre hemos de estar solos; somos nosotros, ¡¿Quién más?! los que caminamos por las calles, ¡Si! con las venas del cuello hinchadas como serpientes que nos asfixian a cada paso; pero siempre, siempre el paso siguiente, el otro, el otro, esperando encontrar, no sabemos, pero esperamos encontrarlo algún día.
La pregunta clave aquí es: ¿Encontraremos?Y después de tener una tediosa conversación conmigo misma, llegue a la conclusión de que si se tratase de Sabines hablando, nos diría que estamos destinados a buscar y jamás encontrar... ¿O eso lo dicen nuestros corazones?
Lo único que he de decir al respecto es que quizá sea mejor cazar fantasmas y que en la obscuridad, con nuestra cama flotando sobre un lago, abramos los ojos y nos caiga en ellos el espanto...Que aunque seamos locos, sólo locos a los que a veces les llega el olor a tierra recién nacida y a mujeres que duermen con la mano en el sexo complacidas; vacíos, pero vacíos de una a otra costilla; somos nosotros, los amorosos, los que a diferencia de los muertos, no podemos estar quietos, no sabemos, siempre nos movemos hacia alguna parte por que no sabemos estar solos; por que somos los insaciables, la hidra del cuento que siempre cantará entre labios una canción no aprendida, aquella canción que es el himno de aquellos que vivimos de día y que por siempre sabremos llorar la hermosa vida...
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Que empiezen las apuestas...